Las Minas Nos Viven Mintiendo

Estimados amigos y amigas, hoy les voy a relatar una historia que seguramente tanto ustedes, lectores del sexo masculino, como yo, han vivido de cerca, una o más veces. Así mismo, doy por sentado que numerosas damas también se sentirán identificadas en este relato.

Esta es una historia de decepciones y engaños, que no le deseo a nadie.

Por un lado tenemos a un muchacho normal, como yo. Bueno... normal sería mucho decir...dejémoslo en un adolescente con cara de nabo. Por el otro lado tenemos a un espécimen de su misma raza, pero de distinto sexo. Si, gente, tengo que hablar de minas porque sino esto no lo lee nadie, ya lo tengo asumido.

Antes que nada, no esperen que de nombres, porque es muy feo mandar a la gente al frente, y porque además seguramente si los diese muchos no sabrían ni de quien estoy hablando, con lo cual, dejemos a los personajes en el más completo anonimato.

Recapitulando, nuestro amigo conoce a una chica y, mágicamente, se siente atraído hacia ella. Le gustan sus ojos, su pelo, su boca, su nariz, su piel, sus piernas... y bueno, no seamos caraduras, esa cola perfecta y esos prominentes pechos que se asoman por su remerita escotada también ayudan mucho.

Otra ventaja más de las mujeres, tienen diversas armas de conquista, y saben muuuuy bien como usarlas. No solo estas, sino también el maquillaje ayuda muchísimo, sino como se explica que nuestra compañera más fea que el jorobado de Notre Damme en su fiesta de 15 parezca Pampita. Convengamos que nosotros, los hombres, también podemos ponernos maquillaje. Pero es un poco peligroso, uno empieza con el maquillaje, sigue con las medias de encaje y un portaligas y termina laburando en constitución los viernes y sábados a la noche.

Volviendo al tema principal, ¡cómo provocan las mujeres! Porque claro, ellas se pueden poner esa remerita escotada y mostrar media goma, pero se imaginan un flaco con media garcha afuera del pantalón? No creo que provoque mucho... Igual les propongo algo, si van a mostrar la mitad de una y la mitad de la otra... porque no muestran una entera directamente? Por la otra no se hagan drama, nos la imaginamos nosotros. La última vez que le plantee esto a una mujer se ve que no le gusto mucho porque me puso un cachetazo.

En fin, dejando lo demás de lado, centrémonos en éstas dos esféricas armas. Nadie sabe por qué, pero tienen un efecto hipnótico misterioso e inexplicable.

Acelerando un poco el relato, y dejando de lado detalles, eventualmente el hombre, no importa si después de días/semanas/meses de noviazgo, si en la misma noche que la conoce, si dentro de un boliche, si en su casa, etc., llega a tener acceso a las mismas.

Tarde o temprano llega ese momento muy esperado, el macho alfa se dispone a quitarle la remerita escotada a la dama... lo hace lentamente.... y de repente toda la esperanza depositada se esfuma.... en solo unos segundos esas sierras cordobesas se transforman en las planicies africanas... gracias a quien... al maldito push-up, o corpiño armado, o relleno, o wonder-bra, o tantos otros inventos cuya diferencia entre si desconozco.

Este es un ardid total, es como todas las propagandas publicitarias. Vos ves la propaganda del Guaymallen y ves como el pibe lo muerde y sale medio kilo de dulce de leche. Pero cuando vos te lo compras el dulce de leche esta duro y apenas si hay unos gramos.

Cuando a uno le pasa esto está tentado de llamar a Lita de Lazari para que nos contacte con defensa del consumidor y nos ayude. Pero no serviría de nada, acabo de fijarme y no hay ningún artículo ni inciso que nos ampare muchachos. Estamos en el horno.

Está bien, tampoco vamos a ser caraduras, a caballo regalado no se le miran los dientes, dijo alguien alguna vez. Pero tampoco abusemos. Acá nos vendieron a un potro pura sangre, esos que siempre son favoritos en el hipódromo. Pero cuando lo fuimos a buscar nos encontramos con uno de esos ponys con los que te sacas una foto afuera del zoológico. Nos viven cagando!

Basta de la dominación femenina. Basta de inventos sólo para ellas que solo sirven para enmascarar. Nosotros tenemos que pilotearla con lo que tenemos, nos la bancamos así, hacemos la nuestra. Como mucho he llegado a escuchar que algunos muchachos con el orgullo un poco pequeñito pueden llegar a afeitarse ahí abajo, porque “con el pasto corto el árbol se ve más grande”. Eso es todo. No tenemos otra forma de engaño. Y no le pienso creer a esos caraduras que dicen "te juro que no me di cuenta, no parecía!" que ves rengueando los sabados o domingos a la mañana. Si te gusta los trabucos aceptalo, no lo andes escondiendo.

Pero bueno, como decía, nosotros estamos desamparados. En cambio ellas se dan el lujo de engañarnos vilmente. Van a la peluquería, se maquillan, se ponen esa ropa ajustada, se pintan los ojos, usan remeras escotadas, se pintan los labios, usa tacos para ser más altas, se ponen ese perfume con ese olorcito tan rico, tienen el pelo perfumado también, la piel suave por las cremas de día y de noche, las uñas perfectamente cortadas y pintadas, están depiladas.... Dejenlo ahí... a quien quiero engañar con esto? Después de releer estos últimos renglones y hacerme la idea de una mujer así, no me queda más que decir....

Mentime que me gusta...

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