Chuli Churrín Chuliván

Esta es la historia de un pobre muchacho, a quien sus amigos lo apodaban Chuli Churrín Chuliván, pero como era muy largo lo llamaban más brevemente. Hasta que un día más brevemente se enojó y les dijo que no le gustaba ese apodo, así que no lo llamaron más.
Sólo, Churri (Como le decían los monos enjaulados de la verdulería) decidió buscar un trabajo. Nadie quería contratarlo, ya que sólo medía 3 cm. y por lo tanto en ningún local podía atender a los clientes desde un mostrador.
Hasta que ese glorioso día llegó, su sueño finalmente había sido escuchado por los dioses. Un vehículo sumamente extraño había caído desde un gorrión que transportaba vehículos sumamente extraños que caían desde un gorrión que transportaba vehículos sumamente extraños que caían desde un gorrión.... (Infinito punto amarillo patito, verde botella, verde claro y verde pastito.)
Retomando el tema, Churri tomó el vehículo, el cual venía con su correspondiente llave de ignición y una muñeca que te decía la hora (Esta venía sin baterías).
Comenzó a inspeccionar el interior del vehículo, (El cual tenía unas desproporcionadas dimensiones, ya que por fuera ocupaba unos 32 cm cúbicos, pero por dentro tenía las dimensiones de la Baticueva de Batman, el Obelisco y el planeta de los Teletubbies todos sumados, lo que nos daría aproximadamente 45 bananas y 3 zarigüellas) gigante fue su sorpresa al encontrar 300 docenas de alfajores de maicena listos para ser repartidos.
Por supuesto que de inmediato comenzó a circular por las peligrosas calles de Hulklandia, derrotando a todos los Hulks que iban apareciendo a medida que avanzaba por los amplios ríos de asfalto. (Sí, adivinaste, el vehículo era un ala delta).
Cuando terminó de repartir todas las guarniciones de alfajores, se dio cuenta de algo de vital importancia, debajo de los alfajores había un búnker repleto de pastafrolas y una abuela que estaba cagando en una maceta.
Como debía ser, le sacó la maceta a la abuela y se comió el contenido. Luego de esta merienda le cedió las llaves de ignición a la abuela. Pero ignición debió arrebatarselas ya que sospechaba que pudiera entrar a su casa mientras dormía para robarle sus únicas pertenencias que eran una cáscara de sandía y tres veteranos de la 5ta guerra mundial (No me digas que no te acordas?. Fue la guerra por la nacionalización de las malas palabras en Boliguay).
Churri aterrizó su nave en un escarbadientes, le tiró un poco de dinero a un perro que estaba hurgando en una bolsa de basura y se fue a su rancho a comer gusanos y sobaco de payaso.

Pasados algunos años desde esta aventura, Churri decidió ir a buscar su nave para continuar con su misión de alfajorero, pero era demasiado tarde... Los alfajores habían mutado debido a la gran cantidad de radioactividad en el lugar y se habían repartido sólos. Provocando la primer epidemia alfajorera a nivel mundial y la desilusión de Churri. Por lo que volvió a su rancho y decidió colgarse, pero vinieron los de Cablevisión y lo DES-colgaron, además de hacerle pagar por los 3 minutos que estuvo colgado del cable.

Ahora Churri tiene su propio programa de autoayuda para los niños que no tienen amigos y les dicen Chuli Churrín Chuliván. Hasta ahora ha tenido mucho éxito, 5 pobres muchachos han sido salvados de la desgracia Churriana y 4 han sido sacrificados por considerarse como "Incurables".

Su frase célebre que más reconocimiento entre las masas ha tenido es la siguiente:

Si hambre has de tener,
un alfajor te he de vender.

Mirá cómo crece el pastito asegura que los hechos y/o personajes de esta historia son producto de la infinitamente arruinada imaginación del autor, cualquier semejanza con la realidad es pura coincidencia.

Así que si te sentís tocado, andá a tirarle escobazos viejos a los autos nuevos (Ojo, no lo hagas al revés, porque un asteroide puede colisionar en la corteza terrestre en cualquier momento), así que usá jabón Espadol que te protege de las bacterias y usá Lisoform que mata el 99.9% de las bacterias (A ver si invertimos un poquito más para matar el 100% zarta de ratas!).